El periodismo de datos es un término que se ha hecho cada vez más común en los últimos tiempos. Los premios Pulitzer y valiosos reportajes se han basado en esta práctica periodística, y las redacciones de todo el mundo están utilizando herramientas avanzadas y numerosos proyectos de formación para aprender más sobre ella.
Pero, ¿en qué consiste el periodismo de datos? ¿Cuál es su historia? ¿Y cuáles son las herramientas que se usan en este oficio? Intentaremos responder brevemente a estas preguntas.
Data Journalism significa periodismo de datos y, de hecho, los datos son el punto de partida desde el que los redactores exploran nuevas historias. Esto, por supuesto, no es nuevo: los datos siempre han sido cruciales en la recopilación y difusión de noticias. Lo que es innovador es la disponibilidad actual de datos abiertos -información de libre acceso- y los medios con los que se pueden analizar, como tablas, hojas de cálculo, diagramas, estadísticas, encuestas, etc., diseñados para apoyar la tesis de una investigación y hacerla universalmente utilizable.
El origen de este «periodismo de precisión» se encuentra en el acrónimo CAR (Computer-Assisted Reporting), es decir, aquellos métodos -en su mayoría informáticos- de recopilación y análisis de la información, utilizados por los reporteros desde los años 50.
Son una demostración más de que la verdadera revolución que propaga este método de investigación no reside en lo que se cuenta, sino en cómo se articula lo que se cuenta. El periodismo está, pues, más cerca de las ciencias sociales o de la estadística, y menos del aura humanista del reportero-escritor.
Además, en su libro «Precision Journalism» (1969), el periodista estadounidense Philip Meyer ya sostenía que uno debe inspirarse necesariamente en la investigación científica para poder dar precisión y objetividad a sus relatos.
Se esté o no de acuerdo con esta postura, es innegable que se ha producido un cambio en la forma de obtener, utilizar y transmitir los datos. Más aún en la sociedad actual, en la que la digitalización imperante y el desarrollo ininterrumpido de la web han hecho que todo sea programable y describible mediante números.
Tableau Prep (limpieza de datos), Tableau Desktop (visualización de datos a través de gráficos interactivos), Python y SQL (análisis de datos), Jigsaw (análisis de documentos)… Son sólo algunas de las herramientas útiles para que un periodista de datos realice artículos con noticias de mucha precisión y poco contaminadas (ya que los datos que muestre serán accesibles y verificables por todos).
El periodista conserva la búsqueda tradicional de noticias (el «olfato» para encontrar algo interesante), la imparcialidad hacia ellas y el pleno conocimiento de las herramientas utilizadas, pero cambia de perspectiva: del periodismo de investigación compuesto por entrevistas e investigaciones de campo al estudio del problema mediante datos estadísticos y múltiples plataformas virtuales. Es imprescindible partir de una hipótesis original y concreta, verificar las fuentes y tener una finalidad, pero una vez respetados los principios deontológicos clásicos de la profesión, el reportero del siglo XXI podrá aprovechar las enormes posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales actuales.
Basta pensar en las redes sociales: todo el mundo puede saber lo que escribimos, lo que hacemos, a qué equipos apoyamos, qué lugares visitamos… Haciendo que seamos parte constitutiva -y más o menos consciente- de un archivo inagotable de información sobre el que se podrían hacer análisis sociales y antropológicos detallados. Desde este punto de vista, no son sólo los distintos canales de comunicación los que favorecen la disponibilidad de datos, sino que pueden ser los propios lectores los que enriquezcan la información, tomando la iniciativa de difundir indicaciones útiles para construir una historia.
Las hojas de cálculo, el data scraping (extracción de datos), la visualización de datos (comunicación visual de datos) representan la estrategia más innovadora para desvelar lo que está oculto; para abordar fenómenos complejos y contradictorios; para aplicar criterios inéditos de investigación y difusión.
El periodismo de datos es, sobre todo, una gran oportunidad para una democracia informativa madura, gracias a las promesas de una mayor participación de la sociedad civil y la transparencia de las fuentes.